Razones o beneficios para dejar de fumar
Cada persona ha de encontrar sus propias razones o beneficios para dejar de fumar.
Lo que para algunos es un buen motivo, para muchos otros no lo es, y al contrario. Entre las ventajas más frecuentes señaladas por la mayoría de personas que ya han dejado de fumar se encuentran:
MOTIVOS DE SALUD:
- Para vivir más años y vivirlos mejor.
- Para respirar mejor.
- Para cansarme menos y dejar de toser.
- Para reducir mis posibilidades de sufrir un ataque al corazón, una embolia o algún cáncer.
- Para aumentar la posibilidad de tener un bebé saludable, disminuir complicaciones durante el embarazo y el parto y evitar graves riesgos de salud a mi futuro/a hijo/a.
- Para que mi piel esté más tersa e hidratada y tenga menos arrugas.
- Para recuperar una dentadura blanca y limpia.
PARA MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA:
- Para mejorar mi rendimiento físico.
- Para reducir el riesgo de accidentes caseros y de tráfico.
- Para recuperar el buen aliento y no ahuyentar a nadie de mi lado.
- Para que mis besos no sepan a cenicero viejo.
- Para disfrutar en mi casa de un ambiente más fresco y limpio.
- Para no tener que pintar la casa cada año.
- Para no quemar más camisas, pantalones y jerséis.
- Para que mi ropa no apeste a tabaco y ahorrar en tintorería.
- Para gastarme el dinero en cosas más gratificantes: música, perfumes, libros, cine, teatro, juegos, viajes, vacaciones, etc.
POR AUTOESTIMA Y PREOCUPACIÓN POR LOS TUYOS:
- Para librarme de esta esclavitud.
- Para dar una alegría a mi pareja (y porque así dejará de agobiarme con el tema…).
- Para ser un buen ejemplo para mis hijos, para que no tengan que pasar por esto.
- Para respetar el derecho a la salud de las personas con las que convivo, especialmente niños, ancianos o personas con problemas de salud.
Lo que ocurre tras el último cigarrillo
- A los 20 minutos se normalizará la temperatura de sus extremidades y su tensión arterial y frecuencia cardiaca volverán a su estado normal.
- A las 8 horas sus niveles sanguíneos de oxígeno y monóxido de carbono se normalizarán.
- A las 24 horas disminuirá su riesgo de sufrir un infarto de corazón y el riesgo de muerte súbita en los recién nacidos que convivan con usted.
- A las 48 horas mejorará su gusto y su olfato.
- A las 72 horas se producirá una relajación de sus tubos bronquiales y un leve aumento de su capacidad pulmonar.
- A las 2 ó 3 semanas mejorará su circulación y se normalizará en un 30% la función de sus pulmones.
- En el primer-segundo mes aumentará notablemente su capacidad respiratoria.
- Al año se reduce a la mitad su riesgo de padecer un infarto de corazón.
- A los tres años su riesgo de padecer una enfermedad de corazón o de la circulación arterial disminuirá a niveles similares a las personas que nunca han fumado.
- A los 5 años se reduce a la mitad su riesgo de padecer cáncer de pulmón, laringe o esófago.
- A los 5-10 años el riesgo de cáncer oral es similar al de alguien que no ha fumado.
- A partir de los 10 años el riesgo de mortalidad se iguala al de una persona que nunca ha fumado.
Preguntas y comentarios frecuentes en la consulta
¡Algún vicio hay que tener!
No es necesario tener ningún vicio para poder vivir; nos puede gustar fumar, podemos sentir que es placentero, pero hay otras cosas a nuestro alrededor que también nos pueden hacer sentir placer. Los no fumadores no son personas desdichadas ni que disfrutan menos de la vida.
La mayoría de la gente fuma.
Da igual lo que haga la mayoría de la gente, pero en este caso, además, es falso.
Esto suele ser un sesgo de percepción de los fumadores; en realidad en este momento en España fuma cerca de un 30% de la población adulta.
Esto suele ser un sesgo de percepción de los fumadores; en realidad en este momento en España fuma cerca de un 30% de la población adulta.
¿Debería preocuparme por las manchas blancas que tengo en la boca?
¿Desaparecerán?
Sí, debería preocuparse, porque algunas manchas blancas, las leucoplasias, pueden transformarse en un cáncer. En muchos casos desaparecen simplemente al dejar de fumar, pero es muy importante su control por un dentista.
¿Pierden antes sus dientes los fumadores?
Los fumadores tienden a padecer más enfermedad periodontal; por ello, algunos perderán sus dientes antes que los no fumadores.
Ya lo intenté una vez y volví a fumar.
La mayor parte de las personas tienen que intentarlo más de una vez para conseguir dejar de fumar. Si todas las personas que se plantean dejar de fumar lo dejasen a la primera, no estaríamos hablando de una adicción.
Quien quiere dejar de fumar, deja de fumar; quien no lo deja, en el fondo, es porque no quiere.
Es cierto que para dejar de fumar lo importante es querer: si alguien no quiere dejar de fumar, difícilmente va a conseguirlo. Pero no es sólo querer, también hay que saber. La motivación juega un papel importante, pero hay muchos otros factores. Hay gente que quiere dejarlo y que no puede: eso son las adicciones.
Pues yo lo dejé sin problemas.
Ocurre a bastantes personas: es probable que no fuera (muy) dependiente. Pero esto no implica que a otras personas no les pueda costar mucho. Tampoco quiere decir que la nicotina no sea adictiva (hay quien ha abandonado el alcohol, la heroína o la cocaína sin problemas).
¿Seré capaz de dejar de fumar?
Sí, sin duda; nunca es absolutamente imposible dejar de fumar. Puede costarle más o menos, puede no conseguirlo en el próximo intento, pero se puede dejar de fumar. Dejar de fumar es como intentar subir una montaña: igual un día el tiempo no acompaña o quizá se empezó la ascensión a media tarde, o sin comida o sin las botas adecuadas. Que en todas las ascensiones no se llegue a la cima, no implica que la montaña no pueda ser conquistada.
Este no es buen momento para dejarlo.
Efectivamente puede no serlo o, quizá, esto sólo sea una excusa para posponer una decisión que hay que tomar. Nunca hay un día perfecto para dejar de fumar, pero siempre hay momentos que son mejores que otros. Como es un proceso que exige esfuerzo y requiere tiempo, es conveniente que usted esté mínimanente preparado: no hace falta que los veinte semáforos de la avenida estén verde, pero conviene que los dos o tres primeros lo estén.
Lo dejaré cuando note que me hace daño.
Algunos daños se notan pronto, pero la mayor parte de las veces es ya tarde cuando se percibe el daño. Es algo así como decir “cuando vea que me voy a chocar, ya me pondré el cinturón de seguridad o el casco de la moto”. Lo único real es que cada cigarrillo hace daño.
¿No soy demasiado mayor para dejarlo?
Nunca es tarde para dejarlo. Tenga la edad que tenga, ganará calidad de vida.
Además, también aumentarán sus expectativas de vida; en concreto, si tiene 65 años, añadirá otros 5 años más (y, sobre todo, mejores).
Además, también aumentarán sus expectativas de vida; en concreto, si tiene 65 años, añadirá otros 5 años más (y, sobre todo, mejores).
No es tan perjudicial para mí; fumo tabaco light.
No hay ningún dato de que el tabaco light sea menos tóxico. Por eso, se ha prohibido usar esa denominación u otras similares, porque son engañosas. De hecho, el tabaco y todo lo que contienen los cigarrillos light es exactamente igual al tabaco normal; la única diferencia está en el filtro: mientras que un cigarrillo normal sólo lleva una línea de puntos de respiración, el light presenta dos líneas.
Fumo muy poco.
En tabaco no existe un consumo ausente de riesgo. Con el alcohol muchas personas sí pueden tenerlo, pero con tabaco no. Aunque grandes consumos de tabaco implican mayor toxicidad, incluso un consumo mínimo (de uno o dos cigarrillos al día) aumenta la mortalidad. Desgraciadamente fumar poco es una manera de engañarse.
El tabaco negro es peor que el rubio.
No hay estudios que indiquen diferencias entre la toxicidad del tabaco rubio y la del negro. La diferencia fundamental entre ambos reside cómo se curan (se secan) las hojas de la planta del tabaco, pero no puede decirse que uno sea mejor que otro.
Los cigarrillos son mucho peores que los puros o las pipas.
Es cierto que los cigarrillos son más tóxicos y más adictivos, pero eso no implica que puros y pipas sean inocuos: a nivel local (boca y faringe) su toxicidad es mayor y también presentan toxicidad sistémica. Los cigarrillos se fuman distintos de los puros o las pipas: es una cuestión del pH del tabaco y de cómo se fuma.
Los puros son más naturales.
Si por naturales se entiende que tienen menos aditivos, es cierto. Pero esto no implica que no sean tóxicos: aunque una pequeña parte de la toxicidad del tabaco pueda derivarse de los aditivos que le son añadidos a lo largo del proceso de elaboración, la inmensa mayoría de la toxicidad deriva de la propia composición del tabaco en sí.
¿Se engorda mucho al dejar de fumar?
Por lo general se aumentan unos 2-4 kg de peso en el periodo de un año, aunque hay una gran variabilidad: hay personas que no ganan peso y otras que incluso adelgazan al dejar de fumar. Varias razones pueden explicar esta potencial ganancia de peso:
- Se recupera el olfato y el gusto.
- Disminuye el metabolismo basal del fumador, que en los fumadores está más acelerado.
- Algunas personas no distinguen bien el hambre de las ganas de fumar.
- Otra de las posibilidades es que el paciente utilice la comida como recompensa, igual que hacía antes con los cigarrillos; en este caso, el aumento de peso será mayor.
Conviene realizar un poco más de ejercicio físico, comer más fruta, mascar chicle sin azúcar, beber más agua… Si se gana algo de peso, puede intentarse perderlo al cabo de unos pocos meses, una vez que ya esté consolidada la conducta de no fumar.
Se pasa muy mal al dejarlo: es peor el remedio que la enfermedad.
Algunas personas lo pasan mal; otras, no o no tanto. Cambiar conductas arraigadas –las adicciones lo son– requiere esfuerzo. En algunas personas, además, aparecen síntomas de abstinencia o de retirada (irritabilidad, insomnio, falta de concentración, etc.) que pueden llegar a ser intensos: son tratables y transitorios (de 1 a 4 semanas). En cambio, los beneficios de dejar de fumar no son siempre evidentes desde el principio, aunque muchas veces sí: en general son progresivos y, además, permanentes. Nadie se arrepiente de haber dejado de fumar.
Necesito el tabaco para poder relajarme.
El tabaco no es relajante, aunque algunas personas han aprendido a utilizarlo para enfrentarse a situaciones de nervios o de estrés. Al dejar de fumar, esas situaciones siguen apareciendo; por ello, hay que aprender a desarrollar otras estrategias para cuando esto ocurra.
Y ¿qué voy a hacer en los momentos de nerviosismo?
Lo que le sirva; debe desarrollar alguna estrategia que, a usted en concreto, le permita enfrentarse a esos momentos. No basta con aguantar; eso sirve sólo unas pocas veces; acaba siendo insoportable. Plantéese, por ejemplo, qué hacen en esas situaciones quienes no fuman.
La otra vez que dejé de fumar me deprimí.
Cuando se deja de fumar, se puede estar más apagado o triste por varias razones como deprivación de un psicoestimulante (sobre todo la primera semana) o sensación de pérdida o duelo (más frecuente en la segunda semana). En ocasiones, en algunas personas aparece un episodio depresivo mayor. Esto –infrecuente (2%) en quienes carecen de antecedentes depresivos– es frecuente (Å 30%) en quienes previamente han padecido varios episodios depresivos. Todo trastorno en el estado del ánimo en quien intenta dejar de fumar ha de ser valorado adecuadamente y abordado específicamente.
¿Debería contar a mis amigos y compañeros de trabajo que estoy
dejando de fumar?
Sí, aunque ahora en frío no se lo crea o le dé vergüenza que se den cuenta de que no lo consigue, la experiencia muestra que el apoyo de todos aquellos que rodean al paciente es muy importante: conviene contárselo a todos los amigos, familiares, compañeros de trabajo… Nunca se sabe cuándo vamos a necesitar de su ayuda.
¿Cuándo me recuperaré de los efectos del tabaco?
Depende. Algunas constantes mejoran ya a las pocas horas. Muchos síntomas respiratorios y la capacidad física mejoran en los primeros días. Los riesgos de enfermedad cardiovascular tienden a normalizarse al cabo de un año. Salvo el tejido pulmonar que ya esté destruido, parte de la arterioesclerosis o que ya se tenga un cáncer (eso puede que no se vea hasta pasados unos 5-10 años), todo lo demás es reversible.
¿Volveré a engancharme por un solo cigarrillo?
Muy probablemente. Un solo cigarrillo aumenta mucho las posibilidades de que se vuelva a fumar, pero esto no quiere decir que por ello alguien se quede ineludiblemente enganchado. La situación todavía puede estar bajo control tras ese consumo esporádico. Si alguien quiere dejar de fumar tiene que empeñarse en evitar los deslices (los consumos puntuales), pero si alguna vez ocurren, lo que hay que hacer es reaccionar, y evitar que el desliz acabe dando lugar a una recaída (consumos más prolongados).
Y, ¿cuándo dejaré de ser dependiente?
Es muy difícil de precisar. Quizá ya no lo es; quizá no deje de serlo nunca, aunque lleve muchos años sin consumir. En la práctica, lo que realmente importa es que consiga mantenerse sin fumar (que es el principal problema).
Cada día tendré menos ganas de fumar, ¿no?
No exactamente. Al principio, habrá días en los que no tendrá deseos de consumir y habrá otros en los que, por los motivos que sean, le vendrán muchas ganas de fumar. Aunque las urgencias por fumar disminuyen con el tiempo, tardan en desaparecer y en las primeras semanas pueden ser más o menos frecuentes: habrá días “tranquilos” y otros no tanto. En cualquier caso, el objetivo no es que te desaparezcan las ganas de fumar, sino que no se fume. Enfrentarse a las ganas de fumar ayuda a dejarlo: cara a la cesación, no les va peor a quienes tienen muchas urgencias de fumar que a los que apenas las presentan.
¿Realmente compensa dejar de fumar?
Sí, realmente compensa dejar de fumar.
Enlaces de interés
- Página de la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo, es la página de tabaco en castellano más visitada en la web.
- Página oficial del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo.
- Libro: 50 mitos del tabaco.
- Ministerio de Sanidad y Políticas Sociales. Contiene, entre otros aspectos interesantes, las diversas Encuestas Nacionales de Salud y del Plan Nacional Sobre Drogas.
- Asociación de fumadores pasivos que defiende el derecho a vivir sin humo de tabaco.
- Comisionado del Mercado de Tabacos. Organismo regulador del mercado de tabacos en España. Se creó al abolir el antiguo Monopolio; depende del Ministerio de Economía y Hacienda.
- Página web de la Organización Mundial de la Salud en lo que se refiere a tabaco (Tobacco-Free Initiative).